El mundo árabe es más que "un mundo".
Desde hace 5 años he tenido el privilegio de ser testigo de excepción de los cambios en la región árabe.
Han sido años de mucho aprendizaje y siento que mucho queda por aprender.
El mundo árabe está lleno de gente especial con una infinita energía vital, de amor profundo por sus raíces. Algunos países, como Irak, Siria, Egipto o Yemen, siguen convulsionados por sus propios procesos internos y etiquetados todos bajo el mote de "Verano Árabe". Otros en cambio, como los Émiratos Árabes o Catar, se las juegan por convertirse en engranajes de desarrollos económico y social.
A su manera, todos luchan por ganarse un puesto en el escenario internacional, tratan de labrar su identidad y construir su propio camino, aunque en algunos casos ese camino este teñido con sangre.
Hoy respiro profundo y doy gracias por ser testigo de todo esto y más.