El mundo árabe está todos los días en una puja constante entre los tradicionalistas y los que tratan de ponerse a tono con la modernidad.
Eso quedó en evidencia en dos países de la región. Mientras en Arabia Saudita un juez aprobaba la semana pasada que los hombres le podían golpear a sus esposas, en Kuwait cuatro féminas lograban romper la barrera del género y se alzaron con posiciones en el Parlamento.
La prensa internacional reportó la semana pasada que el juez saudí Hamad Al-Razirie se pronunció en una conferencia sobre violencia doméstica diciendo que: ''Si una persona le da 320 dólares (1.200 riales) a su esposa y ella gasta 240 dólares (900 riales) en comprarse una túnica (de la cabeza a los pies) de marca y su esposo la abofetea en el rostro como una reacción a su acción, ella merece ese castigo''. Aunque sus declaraciones no tienen peso de ley, lo tienen moralmente porque las opiniones de los jueces saudíes, quienes también son clérigos islámicos, tienden a ser respetadas.
Eso se contrataba con lo que ocurrió el domingo en Kuwait, donde se realizaban votaciones parlamentaria, y se dio un fenómeno electoral inaudito hasta ahora. Primero los islamistas perdieron 16 puestos en un parlamento de 50 curules y segundo se eligieron cuatro mujeres entre los nuevo legisladores. Es la primera vez que féminas toman posiciones de decisión en la región, donde hasta hace poco el predominio electoral favorecía a las corrientes más conservadoras.
Eso quedó en evidencia en dos países de la región. Mientras en Arabia Saudita un juez aprobaba la semana pasada que los hombres le podían golpear a sus esposas, en Kuwait cuatro féminas lograban romper la barrera del género y se alzaron con posiciones en el Parlamento.
La prensa internacional reportó la semana pasada que el juez saudí Hamad Al-Razirie se pronunció en una conferencia sobre violencia doméstica diciendo que: ''Si una persona le da 320 dólares (1.200 riales) a su esposa y ella gasta 240 dólares (900 riales) en comprarse una túnica (de la cabeza a los pies) de marca y su esposo la abofetea en el rostro como una reacción a su acción, ella merece ese castigo''. Aunque sus declaraciones no tienen peso de ley, lo tienen moralmente porque las opiniones de los jueces saudíes, quienes también son clérigos islámicos, tienden a ser respetadas.
Eso se contrataba con lo que ocurrió el domingo en Kuwait, donde se realizaban votaciones parlamentaria, y se dio un fenómeno electoral inaudito hasta ahora. Primero los islamistas perdieron 16 puestos en un parlamento de 50 curules y segundo se eligieron cuatro mujeres entre los nuevo legisladores. Es la primera vez que féminas toman posiciones de decisión en la región, donde hasta hace poco el predominio electoral favorecía a las corrientes más conservadoras.