miércoles, 29 de abril de 2009

¡Umm... El aroma de la Shisha!


¡
Si hay algo que simboliza a la cultura árabe, casi sin distingo, es la tradición de fumar shisha. Es una forma de relajarse y compartir con amigos y familiares en un ambiente de camaradería. Se topará con ella vaya donde vaya en el mundo árabe, ya sean en cafés, playas, desierto o montaña.
Pero esa tradición tan árabe tiene su origen en la India, donde fue inventada por allá en los años 1500, cuando gobernaba el emperador Akbar de Mughhal. La pipa fue inventado por un médico de la corte preocupado del tabaco en la salud y creó un sistema que permite que el humo del tabaco pase a través de agua para ser “purificado”. El aparato, conocido entonces como por el nombre hindú de “hookaj”, se convirtió rápidamente en un símbolo de la aristocracia india.
La shisha se dio a conocer primero en Irán y luego Turquía hace unos 500 años. De hecho adquirió el nombre de “shisha” viene de la palabra persa “shisheh”, que significa vaso. Esa ingeniosa pipa de agua entró al mundo árabe por el Líbano, Siria, Egipto y luego Marruecos. Con el pasar del tiempo adquirió diferentes nombres: En árabe clásico como “narghila” y el árabe coloquial como “argileh”. Pero en la jerga popular se mantienen los nombres originales de “hookah” o “shisha”.
Se trata de una pipa de agua de agua caliente, que tiene en su base una bombilla de vidrio, con decoraciones especiales. Esa bombilla está conectada en su parte superior a un depósito de carbones al rojo vivo y tabaco, cuyo humo se inhala a través de una o varias mangueras conectadas al embace.
Se usa comúnmente para fumar tabaco, mezcla de melaza y esencias frutales e incluso marihuana.

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