lunes, 30 de noviembre de 2009

La lapidación de Satanás

Musulmanes de todo el mundo celebraron uno de los eventos más importantes de su calendario, el Eid al Adha, conocida como la fiesta del sacrificio.
Con este evento se rememora la prueba y triunfo por la que atravesó el profeta Abraham, quien según el Corán, recibió la orden de sacrificar a su hijo, como, prueba de obediencia hacia Alá. Cuando Abrahan estaba dispuesto a obedece la sagrada orden, la mano divina de Alá impersonado lo detuvo y reconoció que su amor por encima de cualquier humanidad.
Tradicionalmente, peregritos en la ciudad Mina, cerca de la Meca, en Arabia Saudita, lanzan piedras contra un pilar, en una ceremonia que simboliza la Lapidación de Satanás. El ritual es conocido como "Jamaral" y es el último rito de Hach (Hajj), que es la peregrinación anual que hacen los musulmanes.
Para quienes no pueden acudir a la Meca, este es tiempo de obsequios y reencuentros familiares. Algunos lo describirían por el tiempo de renacimiento. Haciendo un paralelismo simple más no exacto, tiene el mismo valor religioso que los cristianos le damos a la Navidad.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Colombia, en busca de inversión árabe


La fascinación por el mundo árabe va más allá del interés por la cultura milenaria o sus tradiciones.

Aunque la región ha sido glopeada por la crisis económica mundial, estos países árabes bendecidos por la riqueza petrolera han sabido capotear la tempestad. Es precisamente esta fortaleza es la que está atrayendo a muchos, incluyendo a países de América Latina. En la lista de quienes están buscando cobijo bajo la sombra árabe, está Colombia, que por primera vez está negociando la instalación una embajada en Abu Dhabi, que atienda la región árabe.

Por eso no es de estrañar que por estos días esté visitando los Emiratos Árabes Unidos, una delegación oficial, que incluye los ministros de Minas y Energía, Hernán Martínez Torres, de Comercio y Turismo, Luis Guillermo Plata, además de una comitiva empresarial encabezada por Luis Villegas, presidente del ANDI (Asociación Nacional de Empresarios de Colombia). A esa delegación se le ha de sumar el canciller Jaime Bermúdez, quien dará los toques políticos para completar firmar acuerdos diplomáticos y comerciales con el gobierno emirati, presidido por el Jeque Khalifa Bin Zayed al Nahyan.

Pero más allá de la embajada y los acuerdos diplomáticos, lo que Colombia busca en la región árabe es atraer inversiones financieras para desarrollar proyectos de energía, agricultura y turismo que ayuden a poner a en "el mapa mundial" este país afectado por la violencia guerrillera y paramilitar desde hace más de 30 años.

El objetivo es lograr unos 7 billones de dólares para proyectos de refinación petrolera y otros 7 billones para proyectos energéticos.

domingo, 26 de julio de 2009

Lo importante sobre lo urgente


A veces dejamos lo importante por hacer lo urgente. Y hoy me lamento tanto haber dejado de escribir por este pequeño lapso. Pero quiero enmendar ese silencio que me duele más a mí que a cualquiera. Hay tantas cosas que compartir de este aprendizaje maravilloso de vivir en esta parte del mundo privilegiada por su cultura y tradición.
Si hay algo que define parte fundamental del mundo árabe es la religión que se profesa en ella. Si se desea entender su cultura, hay tener siempre en cuenta los preceptos básicos de El Islán, religión que proclama el monoteísmo puro y absoluto. Ello significa que nadie ni nada digno de adoración y alabanza, únicamente Dios.
Según El Islam, los Profetas y Mensajeros fueron enviados a la humanidad con el propósito de guiar o dirigir al hombre hacia la obediencia y adoración de Dios. Islam reconoce y acepta a todos los Profetas enviados por Dios, desde Adán, incluyendo a Moisés, Jacob, Abraham, Jesús, etc, hasta Muhammad que es el último y el sello de los Profetas. (La paz de Dios sea sobre todos ellos).
Todos los profetas enseñaron el mismo mensaje básico de la Unicidad Absoluta de Dios, y de sumisión a Su Voluntad. El Islam ordena la fe en un solo Dios y la sumisión a su soberanía, lo cual hace que el hombre conozca el significado del Universo y el lugar que ocupa en él. Esta fe libra al hombre de todos los miedos y supersticiones, haciéndolo consciente de la Omnipresencia del Señor, el Dios Todopoderoso, y sus obligaciones para con El.

Cada persona será responsable por sus propias obras y acciones delante de Dios en el Día del Juicio. Es la creencia en Dios y Sus enviados, y la sumisión sincera a los mandamientos de Dios lo que conducirá al individuo a alcanzar la Misericordia y Gracia de Dios, y lo llevará al Paraíso. Por lo tanto, Islam rechaza la idea del pecado original y sacrificio redentor. Cada persona nace pura y libre de pecado. Es cuando el individuo alcanza la edad de la pubertad, que sus actos y obras empiezan a escribirse. El mensaje del Islam es Universal. Es el mismo mensaje proclamado por todos los profetas de Dios. El sello (o final) de la cadena de profetas ha sido marcado con la venida del Profeta Muhammad (la Paz de Dios sea sobre el).

A diferencia del resto de los profetas, Muhammad ha sido enviado a toda la humanidad.
El mensaje del Islam es para toda la gente. No establece diferencias basadas en el color de piel, riquezas, posición social, o lugar de nacimiento. Dios nos dice en el Corán que la persona más honorable ante los ojos de Dios es la que es mas recta y tiene más temor de Dios.

domingo, 21 de junio de 2009

Sonidos del Islam


Si hay algo que impresiona a quienes visitan por primera vez cualquiera de los países que profesan la religión musulmana, son los llamados a oración. Cada día, cinco veces, se oye desde las mezquitas el recitar de una voz melodiosa que recuerda a los creyentes que es la hora de dedicar pensamiento, cuerpo y alma a Alá. No importa que no se hable árabe, pero los versos que se recitan tienen una profundidad tan especial, que aún no siento musulmán, invitan a la reflexión y al reconocimiento de un ser supremo.
Esta oración especial es conocida como “athan”, o llamado a orar. El athan es altamente respetado y se supone que cuando se escucha debería mantenerse la calma y limitar los movimientos hasta que termine la oración.
Ese momento de respecto, se palpa mejor en eventos como partidos de fútbol, en el cual el estadio queda en silencio. Incluso después de terminar el atham, pasan unos diez minutos antes de que el grujido de los tambores y los aplausos vuelven a retumbar en el recito deportivo. Esto se debe a que el periodo de oración comienza con el segundo llamado conocido como “iqama”.
Es común que el athan sea grabado, pero en algunas partes del mundo, una persona especial, con voz privilegiada y melodiosa, está designada para recitar el llamado a la oración. Estas personas se convierten en el icono de ciudades y países, como las mezquitas sagradas de la Meca y Medina en Arabia Saudí.

lunes, 18 de mayo de 2009

Entre el pasado y la modernidad

(Foto de AP, publicada en el diario The National de Abu Dhabi)


El mundo árabe está todos los días en una puja constante entre los tradicionalistas y los que tratan de ponerse a tono con la modernidad.
Eso quedó en evidencia en dos países de la región. Mientras en Arabia Saudita un juez aprobaba la semana pasada que los hombres le podían golpear a sus esposas, en Kuwait cuatro féminas lograban romper la barrera del género y se alzaron con posiciones en el Parlamento.
La prensa internacional reportó la semana pasada que el juez saudí Hamad Al-Razirie se pronunció en una conferencia sobre violencia doméstica diciendo que: ''Si una persona le da 320 dólares (1.200 riales) a su esposa y ella gasta 240 dólares (900 riales) en comprarse una túnica (de la cabeza a los pies) de marca y su esposo la abofetea en el rostro como una reacción a su acción, ella merece ese castigo''. Aunque sus declaraciones no tienen peso de ley, lo tienen moralmente porque las opiniones de los jueces saudíes, quienes también son clérigos islámicos, tienden a ser respetadas.
Eso se contrataba con lo que ocurrió el domingo en Kuwait, donde se realizaban votaciones parlamentaria, y se dio un fenómeno electoral inaudito hasta ahora. Primero los islamistas perdieron 16 puestos en un parlamento de 50 curules y segundo se eligieron cuatro mujeres entre los nuevo legisladores. Es la primera vez que féminas toman posiciones de decisión en la región, donde hasta hace poco el predominio electoral favorecía a las corrientes más conservadoras.

domingo, 10 de mayo de 2009

La belleza de la henna




Entre las cosas fascinantes de esta parte del mundo es la práctica de los tatuajes de manos y pies con tintura de Hena o Henna. Son decoraciones hermosas que hablan de ilusiones y esperanza. Las mujeres árabes las usan en distintas ocasiones festivas y ceremonias religiosas. Pero en las bodas donde la aplicación de la hena adquiere un sentido casi místico.
El tatuaje se hace con la hoja triturada o molida de la planta de hena, nativa del Oriente Medio, cuyo nombre botánico es Lawsonia Inermis y aparentemente tiene propiedades medicinales. Pero sobre todo tiene la habilidad de refrescar la piel, característica muy apreciada en las altas temperaturas del desierto.
Es difícil establecer dónde y cuándo se originó la tradición del tatuaje con hena, dadas las centurias de migración e interacción cultural. Hay evidencias de que la hena comenzó a usarse en la India como forma de arte en la época antigua. Otros creen que fue introducida en Asia por el siglo XII, pero también hay evidencias documentadas de que ya se usaba en el antiguo Egipto para teñir los dedos de pies y manos de los faraones antes de ser momificados. Hoy en día es usado en todos los países árabes, pero también se ha extendido como moda en otras partes del mundo.
Se cuenta que cuando se descubrió que la hena tenía la propiedad de refrescar la piel frente a la inclemente temperatura, la gente del desierto comenzó a sumergir manos y pies en barro hecho con agua y hojas trituradas de la planta. Con el tiempo las mujeres comenzaron a desarrollar habilidades decorativas y se fue imponiendo los tatuajes.
Esos tatuajes fueron adquiriendo diferentes significados de acuerdo a las tradiciones de cada comunidad. El diseño árabe es generalmente alargado, con muchas figuras florales en las manos y pies.
El uso de la hena se asocia con el Islam, aunque también es practicado por gente de diferente religión y tradición.

miércoles, 29 de abril de 2009

¡Umm... El aroma de la Shisha!


¡
Si hay algo que simboliza a la cultura árabe, casi sin distingo, es la tradición de fumar shisha. Es una forma de relajarse y compartir con amigos y familiares en un ambiente de camaradería. Se topará con ella vaya donde vaya en el mundo árabe, ya sean en cafés, playas, desierto o montaña.
Pero esa tradición tan árabe tiene su origen en la India, donde fue inventada por allá en los años 1500, cuando gobernaba el emperador Akbar de Mughhal. La pipa fue inventado por un médico de la corte preocupado del tabaco en la salud y creó un sistema que permite que el humo del tabaco pase a través de agua para ser “purificado”. El aparato, conocido entonces como por el nombre hindú de “hookaj”, se convirtió rápidamente en un símbolo de la aristocracia india.
La shisha se dio a conocer primero en Irán y luego Turquía hace unos 500 años. De hecho adquirió el nombre de “shisha” viene de la palabra persa “shisheh”, que significa vaso. Esa ingeniosa pipa de agua entró al mundo árabe por el Líbano, Siria, Egipto y luego Marruecos. Con el pasar del tiempo adquirió diferentes nombres: En árabe clásico como “narghila” y el árabe coloquial como “argileh”. Pero en la jerga popular se mantienen los nombres originales de “hookah” o “shisha”.
Se trata de una pipa de agua de agua caliente, que tiene en su base una bombilla de vidrio, con decoraciones especiales. Esa bombilla está conectada en su parte superior a un depósito de carbones al rojo vivo y tabaco, cuyo humo se inhala a través de una o varias mangueras conectadas al embace.
Se usa comúnmente para fumar tabaco, mezcla de melaza y esencias frutales e incluso marihuana.

domingo, 19 de abril de 2009

La mujer arabe


MARÍA VICTORIA CRISTANCHO
Publicado domingo 19 de abril de 2009

Para EL TIEMPO
ABU DHABI, EMIRATOS ÁRABES UNIDOS
La primera vez que Amina se pintó los labios y se alborotó su oscura cabellera con tranquilidad fue para salir de su país, y sabía que era la hazaña de su vida, que asumiría las riendas de sus decisiones sin esperar a que ningún hombre le dictara lo que debía o no hacer. Entonces, tenía solo 22 años y todavía recuerda con emoción ese momento.
A ojos occidentales este pequeño paso de independencia de esta egipcia no luce como algo extraordinario, pero en buena parte del mundo árabe lo que hizo no solo se trata de una gran rebelión contra la tradición, sino también, de una grave falta contra la religión.
En pleno siglo veintiuno, conducir un automóvil, viajar y hasta tener novio con total libertad sigue siendo una utopía para millones de mujeres en muchas partes del mundo árabe, pues los hombres siguen regentando sus destinos.
En países como los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Qatar, Kuwait, entre otros, el matrimonio es arreglado por los padres y, en muchos casos, la mujer ni siquiera tiene el derecho de rechazar al candidato.

En la mayoría de los países árabes, la mujer necesita una carta de “no objeción” para sacar licencia de conducir, abrir cuenta bancaria y, en algunos casos, hasta un permiso especial de su marido para poder viajar.

La patria potestad de los hijos la tiene el hombre y en los Emiratos, los hijos de mujeres locales casadas con extranjeros no tienen derecho a la nacionalidad.

Más aún, se espera que las mujeres vistan recatadamente, con velo y abaya (larga bata negra que se usa para esconder la figura de la vista de extraños). Y en países como Arabia Saudí, una mujer que vulnere estos códigos sociales puede ser amonestada e, incluso, arrestada.

De hecho, en Dubai se estableció un código de conducta que prohíbe, uso de usar ropas que muestren los hombros o tengan escotes pronunciados. Ni pensar “shorts” o minifaldas.

Peor aún, el adulterio femenino es un delito castigado con cárcel, aunque la persona no sea árabe. Dos casos ocurridos en Dubai recientemente: una mujer inglesa casada con un libanés fue acusada de adulterio y tras un año de huir, se entregó a las autoridades y está presa, mientras que sus dos hijos están bajo la custodia paterna; el otro caso es de una filipina que quedó embarazada de un hombre que no es su esposo y también está en prisión esperando por un juicio que la mantendría en la cárcel por hasta 5 años, tras los cuales sería deportada a su país.

Nadie cuestiona que la mujer árabe moderna ha logrado superar obstáculos sociales, que estudia, trabaja, viaja, tiene posiciones de liderazgo en el gobierno y sector privado. Pese a esos cambios, la mayoría de ellas todavía sigue subyugada la figura masculina en su vida diaria. Muchas de ellas ni siquiera ponen entre dicho ese control, pero, para otras, ser mujer y no sucumbir en el intento es una batalla que las lleva hasta renegar de su familia, sus tradiciones y hasta de su país.
Amina Bark es una egipcia, que labora en Dubai, y con maneras desenfadadas, le contó a EL TIEMPO su propia experiencia: “Ser mujer es casi una peste en el mundo árabe”, sentencia, al contar cómo dejó su país para “exilarse” en los Emiratos Árabes Unidos -el más liberal de los países árabes- y así huir de los rigores de la religión y la tradición de su familia.
Nacida en una pequeña población cercana a El Cairo y en el seno de una familia muy conservadora, está joven de cabellera voluptuosa y mirada inquieta, vio pasar sus primeros años de la infancia de la mano de su madre, siempre ataviada de velo y abaya, sin poder salir de casa ni trabajar, ni ver televisión, ni leer periódicos.
Con indignación recuerda el día que comenzó su pubertad, uno de sus familiares le quiso obligar a poner un velo para cubrir su cabellera. “Yo lo tiré al piso y desde ese momento decidí que nunca usaría esas ropas, también me empeñé en estudiar y en eso me respaldó mi madre”. Las dos se convirtieron en aliadas y culminada la escuela, Amina fue enviada a una universidad de Estados Unidos. “Esa fue mi liberación”, recuerda orgullosa, al resaltar la valentía de su madre de enfrentar a su familia y la sociedad para apoyar los deseos de su hija.
Su mamá le dice a todo el que pregunta, que Amina está en un “curso de entrenamiento”. Pero hace poco un tío que descubrió que ella en realidad está trabajando y la ha estado llamando para que vuelva a Egipto y se comporte como “una buena musulmana”. Amina asegura que no volverá “ni arrastrada”.
“Si me hubiese quedado en Egipto, ya estaría casada en un matrimonio arreglado o tendría que esperar por el permiso de los hombres de mi familia hasta para salir de casa”, cuenta con amargura Amina, al calificar esas limitaciones como “aberraciones” que nada tienen que ver con el Islam, la religión que profesa con devoción.
“Hablar de las mujeres en el mundo árabe me hace doler la cabeza”, cuenta por su parte May (que prefiere que no se publique su apellido), y que quien como Amina, huyó de su país. En este caso, de Arabia Saudí.
“No podía conducir, no podía salir sin una chaperona, no podía ni siquiera viajar sin el permiso del hombre de mi familia”, recuerda con amargura esta mujer de 34 años, quien estudió en Estados Unidos y ahora es profesora universitaria en Dubai, donde dirige un departamento de investigación sobre el tema de género y liderazgo femenino.
May califica de “inaudito” que la policía saudí, a instancias de la muy ortodoxa Comisión para la Promoción de la Virtud y Prevención de los Vicios, vaya por la calle encarcelando mujeres que van maquilladas, se atreven a tomar el volante de un carro o que conversen con hombres ajenos a su círculo familiar.
Justo hace unas semanas la prensa reflejó el caso de una mujer que fue detenida por la policía de la ciudad de Medina por conducir un automóvil, según reporte de la agencia de noticias Arab News.
Al verse descubierta en el “delito”, la mujer, cuya identidad y nacionalidad no fue revelada, trató de huir y por los nervios chocó el vehículo.
Hace pocas semanas, la línea dura del clero saudita pidió al Gobierno que prohíba que mujeres aparezcan en programas de televisión y en fotografías que se publiquen en medios impresos, pues incitan a “pensamientos pervertidos”.

Arabia Saudí presenta los casos más cuestionados sobre discriminaciones contra la mujer. Sin embargo, las limitaciones contra los derechos femeninos se repiten en todos los países del mundo árabe. Por ejemplo, las leyes de naturalización los Emiratos Árabes Unidos y de El Líbano establecen que la ciudadanía es otorgada por la vía paternal y niegan el derecho a mujeres libanesas o emiraties pasar su ciudadanía a los hijos de que nazcan de padres extranjeros.

En países como El Líbano existe la llamada Ley de Estatuto Personal que establece que la mujer musulmana o no, debe obedecer a su esposo y se le compele a la sumisión del hogar.

Más grave que eso la mujer musulmana libanesa puede ser castigada por su pareja y su esposo puede divorciarse de ella sin necesidad de dar explicaciones. La custodia de los hijos la tiene el hombre y la mujer libanesa solo hereda la mitad de lo que los hermanos varones, en caso de la muerte de los padres.

El Código Penal libanes refuerza la discriminación contra la mujer (Artículos 478, 488 y 489), al señalar que los hombres solo son culpables de adulterio si cometen el delito en el hogar conyugal, y solo se admite con pruebas de adulterio público y recurrente, y evidencias como cartas y documentos. Por contraste, la esposa es culpable, sin considerar el lugar en el que cometa el adulterio, así sea infiel a su esposo una sola vez y en privado, delito que solo requiere testigos orales para ser penalizado. La mujer tiene que probar su inocencia, mientras que el hombre puede ser exonerado por falta de peso del material evidencial.

Otra peculiaridad legal que se repite en el mundo árabe la existencia de la figura del “crimen de honor”, que se utiliza como recurso para reducciones de pena a hombres en caso de asesinatos de mujeres de su familia, que hayan sido conseguidas infraganti en adulterio o sexo fuera del matrimonio. En el caso de El Líbano, la Ley 562 establece la figura de “excusa circunstancial” que reduce la condena de la pena capital por asesinato a menos de un año de prisión. Este recurso no es válido en el caso de que sea la mujer la que perpetre el asesinato de un hombre de su familia.

En todos los países de la región se realizan los matrimonios arreglados, donde la familia escoge la pareja de la mujer. Casos extremos en las regiones más tradicionales, la mujeres son obligadas a casarse a edad temprana. El caso más reciente ocurrió hace menos de un mes en Arabia Saudí, donde un juez autorizó el matrimonio de una niña de 8 años con un hombre de 60 años. La Unicef presentó una protesta ante el gobierno de ese país, cuyas autoridades decidieron regular el matrimonio, estableciendo que la pareja no tenga relaciones sexuales hasta que la niña alcance la pubertad.
No todas lo ven mal
“El Islam está para defender a la mujer, son algunos sectores radicales y tradicionales lo que mal interpretan la palabra del profeta Mahoma”, replica Muhra Al-Muhairi, una emirati, vestida de abaya y velo, casada con tres hijas y profesora del Higher Colleges of Technology, un instituto universitario exclusivo para mujeres.
“Para el Islam, mujeres y hombres somos iguales”, puntualiza Al-Muhairi, quien reconoce que hay algunas normas impuestas por la sociedad que limitan esas igualdades.
Venida de una familia tradicional emirati, A-Muhairi se casó en un matrimonio arreglado por sus padres, acción que ella defiende como una ventaja, porque confiesa que ella “no sabría como atraer a un hombre”.
En su sociedad, la mujer no está obligada a trabajar ni a preocuparse de las finanzas del hogar, es el hombre el que tiene que hacerlo. “La mujer tiene el derecho de no trabajar y eso es un peso menos que llevar sobre los hombros”, sostiene Al-Muhairi, quien no ve problema en que deba contar con un permiso escrito de su esposo para abrir cuenta bancaria, sacar la licencia de conducir y hasta para trabajar.
El esposo de Al-Muhairi no le permite conducir su automóvil y le tiene asignado un chofer para que la movilice. Ella no le ve problema a la prohibición y casi que lo agradece porque dice que “así no tengo que parquear”.
Por ley, al realizar cualquier trámite legal en organismos del gobierno cualquier mujer emirati o extranjera debe contar con una carta de “no objeción” de su esposo o padre. Además tanto en bancos como oficias del gobierno y en el transporte público y hasta en la playa hay zonas señaladas “solo para mujeres”.
Ante esta práctica, la profesora emirati argumenta que esas normas “son creadas para proteger a la mujer”, no para afectarla.
En eso coincide una jordana que vive en Abu Dhabi desde hace diez años y para quien el mejor lugar para una mujer musulmana es el Oriente Próximo.

Esta arquitecto, que nunca ha ejercido la profesión, casada y con dos niñas, reconoce que hay países en la región donde hay más avances en materia de derechos de la mujer, como Jordania, Palestina, Siria y el Líbano, donde la mujer tiene vida activa en elecciones populares, carreras profesionales, ingreso económico y lo más importante acceso a educación del más alto nivel.

“El Islam ordena a los hombres respetar a las mujeres y cuidar de ellas y si el hombre es un buen musulmán que obedece las verdaderas enseñanzas, entonces la mujer deberá ser tratada con amabilidad y respeto”.

Esta jordana no se maquilla, viste de abaya negra y un velo que cubre su cabellera y cuello, y explica que es la forma que tiene para “ser modesta ante los ojos de Alá” y asegura que sus hijas seguirán como ella los preceptos del Islam con alegría. No obstante, rechaza los casos extremos como los de Arabia Saudí.

Hace tres años, cuando por primera vez se designó a una mujer para ocupar un cargo dentro del gobierno saudi, un alto funcionario de ese país explicó que el asunto no obedecía a una apertura de la monarquía saudí, sino a “una muestra de cómo ha mejorado la formación” femenina
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miércoles, 8 de abril de 2009

¿Oriente Próximo, Medio Oriente o Cercano Oriente?


Oriente Próximo, Medio Oriente, Cercano Oriente, Medio Oriente… ¡qué confusión! ¿Cuál es el término correcto?
Estas etiquetas a menudo se usan en los medio de comunicación social, casi a diario, para referirse a la región más conflictiva del mundo, particularmente cuando se trata del conflicto Israel-Palestina o todo lo relacionado con Irak o Irán.
El asunto es que estos conceptos engloban una extensa región territorial, cuyos límites son poco claros y están muy cargados de política.
Algunos libros hablan de Oriente Próximo para referirse a Afganistán, India, Paquistán y sus países limítrofes. Mientras que el término "Oriente Medio" incluyen arbitrariamente
Bahréin, Egipto, Irán, Iraq, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Qatar, Arabia Saudí, Sudán, Somalia, Siria, Turquía, los Emiratos Árabes Unidos, Yemen y los territorios controlados por la Autoridad Nacional Palestina (la Franja de Gaza y parte de Cisjordania). Egipto y su Península de Sinaí en Asia, suele considerarse parte del Oriente Medio, aunque la mayor parte del territorio geográficamente esté en África del Norte.
Los medios, cada vez más, llaman "norteafricanas" (o magrebíes) a las naciones de África del Norte sin lazos con Asia, como
Libia, Túnez y Argelia, contraponiéndolas al Oriente Medio (Pakistán a Egipto -en Asia). Sin embargo, pueden ser consideradas parte del Oriente Medio. Somalia, un país islámico de África Oriental, es, como Pakistán también es considerada como parte del "Gran Oriente Medio". Otros países que ocasionalmente se incluyen en la definición son los de la región del Cáucaso (Azerbaiyán, Armenia y Georgia), Chipre y el Magreb.
Con alguna frecuencia se incluye el término Oriente Próximo dentro del llamado Medio Oriente, aumentando la confusión. Para colmo hay quienes lo usan como sinónimos, para contrastarlo con el Extremo Oriente, que incluye India China, Corea, Japón y otros países del Pacífico.
Se comenzó a hablar de Medio Oriente a comienzos de Siglo XX, tras la Primera Guerra Mundial, cuando el Imperio Otomán, fue dividido en pequeñas naciones y el posterior establecimiento de Israel en 1948 y la pérdida de influencia política en la región del Reino Unido y Francia, cuyo poderío fue asumido por los Estados Unidos.
La región adquirió una nueva importancia económica y estratégica con el descubrimiento del petróleo, especialmente para Arabia Saudita, Irán, Kuwait, Irak y los Emiratos Árabes Unidos (fundados en 1971), países que comenzaron a producción el crudo en grandes cantidades. Esa influencia internacional lejos de amainar con el tiempo, se ha mantenido y algunos dirían que hasta reforzado, sea cual sea el concepto con el cual se quiera encasillar.

Cuentos árabes



La tradición de cuentos orales ha sido la base de la cultura árabe desde mucho antes de que se inventara la escritura. Es fascinante imaginar esos hombres y mujeres del desierto, sentados alrededor de las fogatas nocturnas compartiendo y recordando historias que una vez escucharon de sus padres y estos a su vez de los suyos.
De eso ha querido escribir Aida Loughran, periodista e intelectual panameña, a quien la vida también la ha puesto en esas tierras llenas de magia y belleza. Aquí transcribimos su reflexión:
"En uno de estos días de lluvia en Abu Dhabi(no muy frecuentes por cierto) charlando con mi amiga Heba, vino a nuestra conversación las maravillosas historias que de niñas ambas escuchamos y que creo alimentaron este deseo de contar cuentos, que son nada más que reflejo de los otros que mi padre una vez me contó en Panamá.
Así, como yo, mi amiga fue una atenta escuchadora (oyente), ya que su madre, mientras tejía o cocinaba le contaba a ella y a sus hermanos historias de su memoria, que no existían en ningún libro, sino que habían sido transmitidas oralmente de abuelos a padres de padres a hijos por generaciones.
En su villa, Marruecos, me decía había una casa de huéspedes llamada Madhafah en árabe, donde los hombres, luego de su jornada de trabajo, escuchaban historias mientras el narrador hakawati usualmente toca una pieza en un instrumento de cuerda. Las historias podían ser cómicas sobre el matrimonio o tristes, heroicas sobre la guerra, la pérdida de la cosecha o la clásica historia de un amor pérdido. El hakawati sentado recitaba más que hablaba cada palabra y modulaba su voz agobiado por la tristeza o lleno de júbilo, bajaba su tono para denotar suspenso y elevaba su voz para presentar ira en sus caracteres. Sin embargo, aunque las historias tenían como principal objetivo enseñar moral, historia o hacer reír todas eran muy entretenidas. Arte necesario para que la historia trascienda más allá y se quede en la memoria del que la escucha con la enseñanza que se desea.
Un claro ejemplo de la magia del hakawati está en Alf Laylah wa Laylah o Las mil y una noche, como es mundialmente conocida esta obra de relatos árabes, la historia se inicia con Scheriar, un sultán que al ser engañado por su primera esposa decide imponer en su territorio la ley de que cada día se casaría con una joven y después de la noche de bodas la mataría, así sucede por mucho tiempo hasta que Shahrazad, la hija del consejero del sultán, decide salvar a su pueblo. Luego de casarse con el Sultán, en la noche de bodas inicia una historia que dejará en suspenso de manera que la curiosidad del sultán por conocer el desenlace le permitía salvar un día más su vida. Así con inteligencia, creatividad y sabiduría por mil y una noche deleitará y ganará la confianza y el amor del sultán.
Compartir con mi amiga nuestras vivencias y el vínculo que tuvimos con nuestros padres en la niñez a través de sus cuentos ha sido revelador. Escuchar-leer historias es la misma necesidad que nos lleva a tener hoy día este blog para contar y lo más importante el arte de contar historias continuará porque a todos nos gusta un buen cuento: no importa si el narrador está en las arenas del desierto árabe o en las verdes praderas panameñas, lo que importa es que el cuentista y la historia cautiven nuestra imaginación".

miércoles, 1 de abril de 2009

El velo, la modestia y yo




Por María Victoria Cristancho
La modestia y velo musulmán, son dos cosas que combinadas me genera muchas inquietudes.
Sin pretender faltar el respecto a la religión ni querer ser irreverente, me he resistido ante la idea de que la modestia se reduzca a la simple idea de cubrir el cuerpo y el cabello de la vista de gente ajena a nuestra familia. Eso me ha carcomido desde mucho antes de que pasara por mi mente la idea de vivir en tierras emiraties.
He visto con insistencia casi científica a estas mujeres, ataviadas con vaporosas telas negras, cubiertas de pies a cabeza, caminar por las calles, los centros comerciales y los parques, dejando un halo de misterio a su paso. ¿Qué piensan?, ¿cómo sienten?, ¿cómo se ven ellas mismas? Las he seguido con la mirada y hasta me he atrevido a entablar sendas discusiones con algunas de ellas sobre su vestimenta y la mía.
Una imposición social o una forma de interpretar el Islam que fija como norma esencial la búsqueda de la “modestia” como forma máxima virtud que deben cultivar para mostrar respecto hacia Alá (el nombre que los musulmanes dan a Dios).
¿Pero qué es a todas estas la modestia? Yo misma me he cuestionado sobre mi propia “modestia”. De hecho, me paraba el otro día frente al espejo y me preguntaba si alguna vez he sido modesta en mi vida, a pesar de no usar ni velo ni abaya (la bata negra que se usa sobre la ropa para esconder la figura femenina), ni ninguna de esas indumentarias que visten las mujeres musulmanas. La primera vez que me lo planteé fue cuando revisaba los aspectos que debía considerar antes de entrar a los Emiratos Árabes Unidos, donde la vida me puesto desde hace un poco menos de un año. En esos papeles se hablaba de la necesidad de que las mujeres fuesen “modestas en el vestir”, para no ofender a nuestros anfitriones musulmanes.
Me he negado a acudir al diccionario para revisar su significado porque de entrada sé que no me ayudará a resolver mi duda. He preferido pensar y revisar el asunto de la modestia con la gente que he ido conociendo en Abu Dhabi, la capital de los Emiratos. Cada vez que lanzo la pregunta, escucho un “uff!”, que me ha dejado con más dudas que certezas.
Puse el tema deliberadamente en un café matutino, de esos típicos que realizan algunas señoras para conversar y discutir de lo humano y lo divino. Las miradas se cruzaron entre las cinco o seis señoras sentadas alrededor de un servicio de té y galletas. “Tiene que ver con la ropa que lleva puesta una mujer”, dijo una señora muy diligente. Otra, menos propensa a cubrirse los hombros y más a usar pantalones ajustados, dijo sin más, “si es así, pues mírenme yo soy modesta, yo visto simples, lo que llevo puesto no vale más de 10 dólares en conjunto”. Con ojos de asombro, otra señora con ropas menos reveladoras, pero exhibiendo en sus costuras marcas de diseñador, refutó: “No es lo que cuesta la ropa, la modestia es no dejar a la vista tanta piel, tanto cuero”.
Mientras ellas hablaban me pasaban por la cabeza las imágenes de esas mujeres con esos largos trajes negros, adornados con variadas pedrerías. Bajo esas vestimentas se dejan entrever unos maquillajes perfectos, unas adornadas manos con uñas lustradas y anillos incrustados de diamantes.
Con todo ese cargamento de imágenes y dudas, me fui a visitar la Mezquita Jeque Zayed Bin Sultán Al Nahyan, templo musulmán aún en construcción, considerado uno de los más grandes y majestuosos del mundo árabe. Como parte de las normas para entrar al templo, las mujeres deben usar la abaya y cubrir la cabeza con un velo negro. Muy diligente y casi con ansiedad me abalancé hacia el aparador, donde están dispuestos un centenar de esos trajes negros para prestarlo a las visitantes. Escogí un traje que me quedó a la medida y en seguida sentí la voluptuosidad de la tela sobre mi ropa. Me acomodé el velo, cubriendo mi cabellera y el cuello, tratando de recordar la forma en que había visto a usarlo a las demás mujeres. Hacía calor y sentí que se entrecortaba mi respiración. Me compuse, y caminé calculando mis pasos hacia el templo. Temía que pudiera tropezar con el orillo de la abaya y caer torpemente. Trataba de centrar mi atención en los dorados arabescos de las paredes, en los suntuosos mármoles de los pisos y la belleza de las kilométricas alfombras. Sin embargo, la imagen mía reflejada en las vidrieras y mosaicos me asaltó la inquietud. Me vino otra vez la idea sobre la modestia. Me preguntaba qué tan modesta me sentía con esas ropas. Terminado el recorrido por la mezquita, devolví la abaya y el velo y me sentí más extraña. Me dio tristeza, porque aun con el traje puesto, la duda me seguía.

viernes, 20 de marzo de 2009

Por fin es viernes


(Foto:fachada de la Mezquita Nacional de Abu Dhabi, Sheikh Zayed Bin Sultan Al Nahyan)

El viernes es un día interesante. Es cuando mucho de nosotros ponemos nuestro último aliento para terminar la semana laboral. Nos preparamos para la rumba y comenzamos a hacer planes para “sacarle el jugo” al fin de semana. Pero en el Medio Oriente, de profundas convicciones musulmanas, tiene un significado especial, es el día dedicado a la oración. Desde los altoparlantes de las mezquitas se oyen cinco veces, los hermosos llamados a la meditación y alabar a Alá. Aunque no se hable ni se comprenda árabe, los bellos versos el Corán se sienten en todas partes con su melancolía y belleza.
Los llamados a la oración: Fajr es el primer a las 5 am para iniciar el día. El del alba es a las 6:30 am. Le sigue el más importante Dhuhr, de las 12:30, cuando las mezquitas se llenan de fieles y el Imam, lidera las oraciones, por alrededor de media hora. Entre las seis de la tarde y las ocho de la noche, se dan otros cortos llamados a orar, conocidos como Asr, Maghrib e Isha.
Aunque estos llamados son diarios, el viernes, día de descanso en esta parte del mundo, adquiere una connotación muy especial. Los hombres se preparan lavando sus pies y sus manos con agua limpia, entran a la mezquita y se postran dirigiendo la mirada hacia la Meca. Aunque uno no sea creyente, esa demostración hermosa de fe, realmente conforta el espíritu.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Café con aroma árabe


El café tiene un aroma y sabor diferente en países árabes y del Medio Oriente. Aroma y sabor hablan de generosidad, hospitalidad, amistad, de la conversación sencilla, de la tradición.
El café árabe se distingue porque contiene cardemón, semilla de la planta de jengibre que crece en el Oriente de India y se usa como condimento y medicina natural.
Por centurias, ha sido la bebida favorita de los beduinos del desierto, quienes lo consumen en pequeñas cantidades durante todo el día. Apenas ven venir a un visitante, se apresuran a preparar una nueva jarra de café para compartir con el recién llegado.
El grano de café se tosta en una sartén plana, al calor una fogata que se mantiene encendida todo el día. Luego se muele en un mortero de cobre, como señal de bienvenida para el visitante. Mientras el café se tosta, el anfitrión hace ruido con el mortero para invitar a quienes estén cerca para compartir el café fresco.
Luego vierte el café molido en una jarra de cobre, llamada "dalá" en árabe, a la que añade agua hirviendo y cardemón. Deja la bebida asentar por unos minutos, mientras el visitante termina de intercambiar saludos y se instala junto a sus anfitriones alrededor de la brasa.
El anfitrión toma en una mano la jarra de café y con la otra mano va repartiendo pequeñas tazas con la bebida caliente. Repetidamente rellena las tazas, hasta que los invitados agita la taza en señal de que ha tenido suficiente, de lo contrario su anfitrión seguirá sirviendo sin
parar.
Se asegura que el café es original de las montañas de Etiopía, en el norte de África. Fue introducido en el mundo árabe a través del Yemen hace más de 600 años y de allí a Europa y el resto del mundo.

martes, 17 de marzo de 2009

Alfombra de Perlas



Esta alfombra es una de esas joyas que rara vez salen a la subasta. Se conoce como la Alfombra de Perlas de Baroda, que será vendida en subasta por la firma Sotheby´s en Doha, Qatar el próximo jueves. El precio inicial es nada menos que de 5 millones de dólares y se espera que la puja en la subasta supere los 20 millones de dólares. Esta alfombra está hecha de rubíes, zafiros, diamantes y perlas. Se cree que su fabricación fue comisionada por el Majará indio Kande Rao Gaekwad de Baroda en 1865, para ofrecerlo como obsequio para la tumba del Profeta Mohamed in la ciudad de Medina, en Arabia Saudita. Sin embargo, el regalo nunca se entregado a su destinatario, tras la muerte del Majará. Se conservó como un tesoro de estado hasta ahora. Esta es la primera vez que esta bellísima alfombra sale de territorio indio desde su fabricación.
Cuenta la leyenda que el Majará, uno de los hombres más ricos de su tiempo, se sintió impulsado a realizar la ofrenda al Profeta y creyó lo más apropiado sería una alfombra, parecida a la que cubre la del Mughal Empress Mumtgaz Mahal, en el Taj Mahal.
Por más diez años, docenas de artesanos se dedicaron a bordar cuidadosamente perlas de 2 mm de grande, diseños de intrincadas flores de parras.
“A través de la historia, hemos visto alfombras que contienen textiles incrustadas con piedras preciosas, pero nunca nada cubierto enteramente con perlas”, dijo a los medios Mary Jo Otsea, la directora de alfombras de la firma internacional de subastas Sotheby.
Veremos quién logra decorar su salón con esta inusual alfombra.

lunes, 16 de marzo de 2009

El sueño árabe



Por María Victoria Cristancho


El mundo árabe se las juegas para esquivar los embates de la crisis financiera mundial. No ha sido fácil y no lo será en los próximos meses.
Muchos rumores han rondado sobre los estragos que estarían causando en lugares como Dubai, Qatar, Omán y hasta Bahréin, tanto por la crisis financiera, que comenzó en los Estados Unidos a mediados del 2008, así como por la abrupta caída del 70 por ciento de los precios del petróleo en el mercado internacional en menos de seis meses, de $147 el paso mes de julio a un poco más de $46 en los últimos días.
Hasta el New York Times publicó hace un mes un artículo impactante en el que hacía cuenta de la cantidad de trabajadores extranjeros que han perdido sus trabajos y han huido de Dubái, dejando abandonados automóviles y demás vienes, imposibilitados de cubrir sus deudas.
Se habla de cancelación de centenares de proyectos de construcción en casi todos los países del Golfo Árabe. En voz baja se habla de que el sueño árabe de prosperidad y riqueza estaría esfumándose. Hasta ahora ninguna autoridad de la región había dicho mucho sobre esas especulaciones.
Pero, en medio de esa atmósfera de pesimismo, ayer rompió el silencio el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, Kalifa Bin Zayed Al Nahyan, con su estilo y su autoridad, para aclarar que al menos en el caso de su país, los efectos de la crisis mundial “han sido malentendidos y exagerados”.
El presidente emiratí no niega que la crisis ha afectado la región y su país, en particular, pero que los Emeratos bandearán la tempestad y ayudarán al resto de la región.
“Aunque somos víctimas de la crisis financiera global y estamos pagando un precio por ello…hemos estado trabajando con la comunidad internacional para ayudar a los países golpeados por la crisis. También hemos trabajado con el Consejo de Cooperación del Golfo (GCC, según sus siglas en inglés), modelando una posición colectiva para la crisis”.
No hay muchos detalles sobre cómo será ese apoyo regional, lo que sí es seguro es que los líderes de la región harán lo indecible para no permitir que la crisis se les vaya de la mano y con ello el sueño de riqueza y poder que ha rodeado al mundo árabe.

domingo, 15 de marzo de 2009

Cuando las saudis se atrevieron a tomar el volante


María Victoria Cristancho
Hay cosas que a nosotras como mujeres occidentales nos parecen totalmente normales, simples, y que nunca consideraríamos como privilegios de hombres. Por ejemplo, conducir un automóvil. Pero en algunos lugares del Medio Oriente, esto es uno de esos temas emblemáticos que hablan de las limitaciones que viven y sufren las mujeres. Aunque parezca inconcebible en pleno siglo XXI, hay todavía países donde se mantiene la prohibición de que las mujeres conduzcan automóviles; entre estos países está Arabia Saudita, el país con más petróleo en el mundo y el de más influencia en el mundo árabe. Mujeres sauditas siguen esperando el día en que sus hombres les permitan ponerse al frente del volante. Ya hace 18 años, a plena media mañana del 6 de noviembre de 1990, un grupo de 47 damas, ataviadas con sus respetivas burkas, se atrevieron a lo impensable: le quitaron las llaves a sus choferes y, en actitud retadora, se armaron en caravana por las calles de la capitalina Riad.Semejante hazaña fue registrada en su momento por la prensa internacional, no tanto por la caravana de mujeres conductoras, sino por la contundente y severa reacción de la autoridad saudita. Después de la euforia inicial, se dieron las reprimendas. “Estábamos eufóricas”, recuerda Nora Al Ganem, una de las 47 atrevidas que vieron su oportunidad aquel noviembre, en medio de la invasión a Kuwait y de la masiva presencia de tropas norteamericanas en Arabia Saudita. Eran mujeres entre los veinte y treinta años, educadas en el exterior, casadas y de familias adineradas.

La nueva generación de mujeres sauditas deberían buscar su oportunidad y atreverse otra vez
Creyeron que con tanta cobertura internacional por la guerra, la acción de mujeres conductoras vista en la prensa mundial, presionaría al gobierno a ceder en tan simple petición: “Queríamos que el gobierno saudita nos abriera ese pequeño espacio, que se nos dejara la libertad de conducir”. Con esa convicción, las mujeres se reunieron en el estacionamiento de un centro comercial y quince de ellas, que tenían licencia de conducir internacional, se sentaron al volante; el resto se acomodó en los puestos de pasajeros. Algunos choferes rogaban que devolvieran las llaves, otros simplemente se sentaron en la acera a llorar, todos temían perder sus trabajos.
Las conductoras dieron vueltas alrededor de la ciudad durante una hora, antes de ser detenidas por la policía. La reacción fue lapidaria. Los clérigos musulmanes denunciaron la acción de las mujeres como “criminal”, y como tal fueron tratadas: fueron arrestadas, las que trabajaban perdieron sus empleos, y a todas se les prohibió salir del país por un año. Dieciocho años después, todo eso es historia. Los años han pasado y a pesar de las dos guerras en Irak, de la caída de Saddam Hussein, de la guerra contra el terrorismo, y extremismo religioso, las mujeres sauditas siguen sin poder conducir.Los eruditos religiosos aclaran que no hay en la Ley Islámica ninguna restricción para que las mujeres conduzcan automóviles, pero que el tema debe verse “en contexto”. Según ellos, las mujeres deben ser protegidas de cualquier tipo de acoso. Añaden que hay problemas de seguridad en las carreteras. Es necesario tomar acciones preventivas para que las mujeres conductoras no sean objeto de ningún tipo de ofensas… Quienes participaron en esa jornada, hoy la recuerdan entre anécdotas y risas aunque también algunas lágrimas. “La nueva generación de mujeres sauditas deberían buscar su oportunidad y atreverse otra vez, aunque en la acción pierdan hasta la posibilidad de un buen matrimonio”, comenta irónicamente Fowziya Al Birkr, una de aquellas heroínas de noviembre de 1990.

Crónicas árabes





Lo grande y lo pequeño se unen en una expresión de poder, el poder de los elementos sobre el hombre...

El desierto lo domina todo.